La Central Hidroeléctrica de Zudaire. Ubaba. Urederra

La historia de la Central Hidroeléctrica de Zudaire comienza el mismo día, 10 de marzo de 1903, en que se crea en Pamplona la Sociedad de Cementos Portland con objeto de fabricar cemento, en la planta que iba a construir en Olazagutía. Esta sociedad fue promovida por el ingeniero de caminos de Villava, Serapio Huici y Lazcano. Huici, pionero también de la industria eléctrica en Navarra, había constituido en 1902 una sociedad, “Huici, Múgica y Cía” junto con Genaro Larrache y Daniel Múgica para la compraventa de maquinaría, aparatos y útiles eléctricos. Dicha sociedad junto con el ingeniero madrileño Eugenio Grasset, también participante en la sociedad de cementos, compró en el mismo acto notarial la concesión de un salto en el río Urederra al vecino de Estella Vicente Fernández. Este había conseguido esa concesión unos meses antes en julio de 1901. La concesión decía lo siguiente: se autoriza a D. Vicente Fernández y Camón vecino de Estella, a derivar 1.500 litros de agua por segundo del nacedero del río Udaba que surge en una quebradura de la sierra de Urbasa y afluye por el rio Urederra al Ega y aprovechar la fuerza motriz producida en un salto útil de 156 metros en la ejecución de energía eléctrica constituyendo a tal efecto un artefacto a orillas del mismo río Udaba dentro del término de Baquedano. Derivadas las aguas por medio de una presa de 60 cm de altura, máquina construida en el mismo manantial, el primer tramo de 70 metros de longitud va en galería cubierta y los restantes hasta alanzar la casa de máquinas a 1274 metros del punto de toma, una tubería de hierro fundido de 1 metro de diámetro interior, enterrado. Después de actuar las aguas en el receptor hidráulico del salto se incorporará al río Udaba por un canal de desagüe de 5,80 metros de longitud. Esta autorización se otorga a perpetuidad.

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Serapio Huici sentado en la primitiva toma para alimentar la Central en el nacedero del Urederra

La toma de agua de uno de los manantiales que conforman el nacedero del Urederra en el lugar de Ubaba, término de Bakedano, constituyó una difícil obra de ingeniería, realizada en mitad del gran acantilado, ahora llamado Balcón de Pilatos, que allí forma la sierra de Urbasa. Desde ahí un canal, soterrado en su mayor parte, discurre por la ladera en un trayecto de 2.750 metros hasta el depósito, del que parte un tubo metálico de 0,65 m de diámetro que cae en un salto de casi 190 metros hasta la casa de máquinas. Como podemos comprobar las distancias reales del canal realizado y de la altura del salto no se corresponden con los datos oficiales teóricos de la concesión. Como en la gran mayoría de las centrales hidroeléctricas de aquellos años montadas por empresas privadas se asumía la servidumbre de dotar de electricidad a los municipios cercanos y también en este caso debía suministrase la misma a Zudaire y Bakedano. La llegada de la luz eléctrica a estos dos pueblos amescoanos, el día 21 de enero de 1906, se celebró con un Te Deum y un posterior banquete popular. Las obras de la instalación de Zudaire habían sido dirigidas por el antes mencionado ingeniero Daniel Múgica, socio de Serapio Huici y eran capaces de producir 1600 caballos de potencia. Para llevar la electricidad hasta la planta de cementos en Olazagutía se construyó una línea de 14 kilómetros de longitud que necesariamente tuvo que atravesar toda la sierra de Urbasa. Esta línea como el resto de instalaciones está todavía en servicio.

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La primitiva nave y el tubo del salto al iniciarse las obras de ampliación en 1919
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El interior de la nave antes de 1919

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A partir del año 1916 y por las necesidades creadas por la ampliación de la producción de cemento en Olazagutía, también fue necesario desdoblar la Central de Zudaire. Como era necesario aumentar el caudal de agua, se procedió a realizar una nueva toma en la zona de Ubaba en el nacedero del Urederra. Un manantial descubierto en Uribitarte (entre aguas) a sesenta metros de altura, y a unos 150 metros de distancia, a mano derecha del primitivo, hermoseado con una concavidad natural de 48 metros, más de 17 de cemento armado, cuyas aguas canalizadas se unen al nacedero viejo, forman un cuadro de mayestática grandeza. Tiene dos grandes bocas contiguas de desagüe para las imponentes avenidas de invierno. Así lo describía el autor Simón Negro en una publicación de 1919. El contratista de la obra fue el oñatiarra Esteban Berriochoa, que también había participado en distintas obras públicas en Navarra, como la línea férrea del Irati, o las escuelas de Estella. También la casa de máquinas tuvo que ser desdoblada con un nuevo edificio pegado al primitivo. La instalación quedó dotada con tres turbinas marca Bell con sus correspondientes  alternadores Brown-Boveri.

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La nueva toma en Uribitarte/Ubaba en mitad del acantilado. Sentado el empleado Pablo Lozano
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La toma en Uribitarte. En la boca el párroco de Zudaire, Luis Ulibarri. Encima a la derecha el contratista Esteban Berriochoa

Pablo Lozano trabajador en la instalación desde sus inicios y bisabuelo del actual responsable del cuidado y mantenimiento Iñaki Velasco Lozano, realizó en su fachada tras la reforma de 1919 un bonito relieve en hormigón coloreado con el motivo central de un cangrejo de río. Un poco debajo, dos manos, realizadas con las de su hijo como modelo, señalan las dos fechas claves de la central, la de 1905 cuando se hizo la primitiva nave y la de 1920 cuando se amplió con la segunda. Justo debajo añadió un símbolo masón. Cuenta su bisnieto que en julio de 1936, nada más enterarse de la noticia del golpe militar de Mola por miedo a ser represaliado por masón, procedió rápidamente a su destrucción. En la actualidad sólo quedan las huellas del mismo, pero sigue vislumbrándose el motivo. Junto a la central se encuentra la vivienda del entonces encargado y entre ambas un pequeño lavadero con un pequeño relieve realizado seguramente por el mismo Lozano que señala la fecha de su construcción 1906. Sus dotes artísticas quedaron, así mismo, reflejadas en los relieves decorativos que realizó en 1933 en la vivienda “Villa Jesús” de Zudaire.

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El relieve de Pablo Lozano. El cangrejo, las manos de su hijo y los restos del símbolo masón

Más de cien años después, la toma de agua en el nacedero del Urederrra, el largo canal soterrado, la central de Zudaire, ampliada y mecanizada en 1983 y la línea que a lo largo de 14 Km atraviesa toda la sierra de Urbasa hasta Olazti, siguen en uso, aunque desde 2013 pertenecen a la compañía Electra Irun-Endara.

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La primitiva toma en el otoño de 2015