La pequeña presa de Beroki en Olaldea

UN LUGAR PARA RECORDAR , UN LUGAR PARA PROTEGER

La fábrica de pasta de papel que la Papelera Navarra tuvo en Olaldea funcionó durante veinte años de 1894 a 1914. Aparte de la magnífica presa de sillería, prácticamente intacta, son pocos los restos que quedan en la actualidad de aquella instalación fabril. Apenas un lienzo conservado del muro de separación entre las naves de arriba y las de abajo y algunas viejas fotografías nos permiten hacernos una idea de lo que fue la Fábrica.

Pequeña presa de Beroki en Olaldea.

 

Entre otros datos escritos, la revista ilustrada “La Avalancha” publicada en Pamplona describe las instalaciones de forma pormenorizada en su número de 7 de  Diciembre de 1907: “….Cuenta con una magnífica y moderna instalación de fabricación de pastas mecánica y semi-química, teniendo instaladas dos legiadoras con una capacidad de 10 metros cúbicos de madera, cuatro desfibradoras con sus cuatro refinos, siete clasificadores (tres cilíndricos y cuatro planos) y seis prensa-pastas. Tres desfibradoras tienen cada una su turbina de 200 H.P. y la cuarta, de sistema americano, tiene un motor eléctrico de 250 H.P. Para la completa regularidad en la marcha de clasificadores, bombas y prensa-pastas hay un motor eléctrico de 70 H.P. y en sustitución una turbina de 30 H.P. Las prensas de las desfibradoras trabajan con presión de agua de 90 metros de altura, tomada el agua de un manantial próximo a la fábrica donde hay instalado un gran depósito y conducida el agua a la fábrica por una tubería de 10 cm de diámetro. Esta agua de presión sirve además para la alimentación de agua a las calderas de vapor en el caso de desarreglo en la bomba que aprovecha el agua caliente de la máquina de papel y además para todo el servicio de incendios de la fábrica y casas de obreros….”

Leyendo este último párrafo inmediatamente vinieron a mí los recuerdos. Cuando siendo niño, en los veraniegos atardeceres me tocaba llevar las vacas a pastar en unos y otros campos  o cuando sentado en el carro iba y venía con mi tío Jose Antonio a recoger la hierba, recuerdo la tubería a lo largo del camino. Recientemente  recorrí el viejo camino del Txerretegi siguiendo dicha tubería, aún hoy día, bien visible. Unos cientos de metros aguas arriba de la regata Beroki muy cerca del punto en que el camino la cruza y gira hacia el norte llegué al depósito. Sus cuatro paredes están en pie, en aceptable estado de conservación. Sus 6 por 10 metros y unos 2 de altura le dan una  capacidad, aproximada, de unos 120 metros cúbicos.

De su fondo arranca el tubo de hierro fundido  en piezas de tres metros de largo  y 10 cm de diámetro que, semienterrado, va recorriendo el camino hacia la fábrica. Sin embargo lo mejor estaba por llegar. Unos metros arriba del depósito, se encuentra la toma de agua de la regata que podría decirse que es una réplica en miniatura de la gran presa en el Irati. Tres grandes piedras labradas forman la pequeña presa de unos 2 metros de anchura. Del pequeño embalse formado, con una toma con rejilla, parte un pequeño canal de 20 por 20 cm que tras un recorrido de unos 15 metros desagua en el depósito.

El lugar bajo la sombra de  magníficos ejemplares de haya y roble, entre bojes y acebos resulta realmente mágico. Seguramente alguna “lamia” vive en las saltarinas y cristalinas aguas de la erreka. Sin duda un lugar que vale la pena conocer y también conservar.

Olaldea, con sus humildes viviendas tiene, sin embargo, un buen puñado de restos de su pasado industrial, presa, puente, casa de obreros, central eléctrica y esta pequeña presa de Beroki, patrimonio que debemos proteger y conservar. Es nuestra responsabilidad y espero nuestro deseo.

Un lugar para recordar, un lugar para proteger

Victor Manuel Egia Astibia, Olaldeatik. 2010 abuztuan  Publicado en El Eco de Olarri